El termómetro sigue bajando. En las calles la gente se cierra los abrigos, se acomoda las bufandas y mete sus manos en las bolsas.
¡Vaya que hace frío! Creo que todo mundo espera llegar a su casa, prepararse un café caliente y sentarse con una manta en las piernas a tomárselo con un pan de dulce.
Cuando era niña, me gustaban las noches sin luna. Acostada en el pasto del jardín, mirando el cielo, las estrellas parecían brillar tanto que sentía que podía tocarlas.
¿Qué haces cuando tu media naranja te cita en algún lugar, te mira con cara de gravedad, te agradece tus servicios pero te informa (a veces con una lagrimilla), que ya no son necesarios?